Con la caída de las hojas también cae el ánimo

El invierno no sólo conlleva la lluvia, el frio o la gripe, también la falta de luz se convierte en una molestia, pudiendo llevarnos a padecer el denominado Trastorno Afectivo Estacional, un tipo de depresión motivada por la escasez de luz solar. Dedicar un poco de tiempo a tí mismo, vigilar la iluminación y lo que comes, puede ser de gran ayuda para ganarle la batalla al Invierno.

La llegada del otoño supone para muchas personas un trastorno más grave que el simple bajón del regreso a la rutina del trabajo o los estudios después de las vacaciones de verano.La reducción de las horas solares y, por tanto, la menor cantidad de luz natural, provoca que alrededor del 30% de la población sufra el denominado trastorno afectivo estacional, el cual pertenece al grupo de las depresiones endógenas, es decir, aquellas que no resultan comprensibles del todo porque no hay ningún desencadenante aparente en la biografía del enfermo.
La investigación en fotobiología muestra que una carencia crónica de luz puede ser causa de depresión, como el Trastorno Afectivo Estacional, además de otras alteraciones de salud como insomnio, estrés, ansiedad, cefaleas, mareos, fatiga crónica, raquitismo, incluso inapetencia sexual, impotencia e infertilidad.Este sídrome es mucho más frecuente en mujeres jóvenes, aunque cualquiera puede ser propenso a sufrirlo.
Hoy en día la ciencia permite afirmar que la luz es biodinámica, pues afecta al sistema endocrino y a todos los sistemas biológicos. Especialmente, la ausencia de luz solar influye negativamente sobre el estado de ánimo y afecta a la capacidad del cerebro para el manejo de la información. Con la información de luz u oscuridad, el cerebro envía órdenes de liberar o no ciertas hormonas que regulan funciones como el sueño, el apetito o la temperatura corporal. La más importante es la melatonina, relacionada con los ritmos y hábitos estacionales, y participa en la generación de sueño y en la baja temperatura corporal. Como en otoño hay menos periodos de luz solar, se genera mayor cantidad de esta hormona.Está comprobado que la melatonina reduce los niveles de la serotonina, que es responsable de los estados de ánimo. Por tanto, si su secreción es baja, se producirá la depresión.
Alimentación
El aumento de los niveles de melatonina en la sangre provoca una disminución de la temperatura corporal, lo que se trata de compensar mediante la ingesta de calorias, esto explica la especial predisposición a tomar alimentos dulces, ricos en hidratos de carbono. Aunque la alimentación no puede evitar este trastorno, una dieta apropiada puede aliviar los síntomas provocados por el cambio de estación.Si se añade al decaimiento, una disminución de fuerzas debida a la mala alimentación, los malestares se agravarán, por este motivo, elegir los alimentos adecuados en otoño nos será de gran ayuda para poder enfrentarse adecuadamente a las actividades diarias:
La falta de hierro, minerales o hidratos de carbono puede favorecer el agotamiento físico y mental. Una dieta rica en esos componentes ayuda a superar la falta de energía.Las carnes rojas, cereales, verduras y legumbres aportan gran cantidad de hierro, cuya escasez origina debilidad y cansancio.
Además, el otoño proporciona alimentos muy recomendables, como las manzanas, naranjas, acelgas, zanahorias y gran parte de los frutos secos, entre ellos la avellana, la nuez, el higo y la castaña.
Los hidratos de carbono (pasta, pan, legumbres, dulces) ayudan a equilibrar el estado anímico, pero hay que tener en cuenta que aportan energía de forma inmediata y al poco tiempo reaparece el hambre, lo que puede suponer la aparición de altibajos en el humor.
Influencia de la luz
Una luz brillante, a partir de una intensidad de 800 a 1000 lux, nos dice que ya es de día, despierta el ánimo, sin necesidad de café ni tabaco, y proporciona serotonina al cerebro, la hormona de la actividad y el buen humor. Esto se produce naturalmente al mirar al sol, pero en entornos cerrados, la iluminación es insuficiente y nuestro cerebro sigue pasivo, e induce al pesimismo, cansancio y sueño.
Nuestras viviendas, escuelas y oficinas están muy pobremente iluminadas, con poca o ninguna la luz solar. Basta comparar los escasos 300-500 lux de intensidad de la iluminación usual, con los 10.000 lux que nos ofrece la luz natural en un día nublado, o los 150.000 lux de un mediodía radiante de verano.

Además de la cantidad de luz, también nos afecta el color.Es evidente que los colores alegres e intensos nos motivan de manera positiva, levantando el ánimo, pero la mayoría de nosotros tendemos a usar ropa de colores oscuros y encerrarnos en casa ante la llegada del invierno.
De igual manera los colores son importantísimos en la iluminación: la luz artificial suele estar carente de los colores del sol, pues las lámparas incandescentes emiten una luz cálida, donde dominan el naranja y el rojo, con ausencia total de los tonos de alta frecuencia, verde, azul y violeta.
Por el contrario, las lámparas fluorescentes corrientes dan una luz fría y son deficientes en violeta y rojo.
Afortunadamente, si no podemos tomar bastante sol, la Domobiótica nos ofrece medios técnicos para prevenir esta depresión que se reactiva cada invierno. Basta un baño de luz de 30 minutos cada mañana con una lámpara full spectrum, para levantar el estado de ánimo. Podemos usar una lámpara de fototerapia (10.000 lux) durante el desayuno, o en la mesa de trabajo, pero lo ideal es realizar toda la iluminación interior con luz de espectro total, pues la luz de espectro total es precisa para que la mente, el sistema endocrino y el sistema inmunitario funcionen a pleno rendimiento.
Es fácil protegerse contra el Invierno
•Sal durante las horas del día, es recomendable exponerse a la luz del exterior por lo menos media hora diariamente. Aun si el día está nublado, la luz natural tendrá un efecto positivo en el estado anímico.
•Ilumina tu casa.No se trata de que llenes tu hogar de luces navideñas, sino de que lo mantengas bien iluminado y con colores cálidos.
•No te desesperes si sientes hambre constantemente. Busca alternativas menos calóricas como las frutas para mantener tu boca ocupada.
•Planifica períodos de descanso, intenta dedicarte algo de tiempo con actividades relajantes que te levanten el ánimo. Un masaje o practicar algún deporte pueden estimularnos beneficiosamente.