Alcachofa, alcachofera

Planta cultivada en muchos lugares del mundo porque el  receptáculo floral es comestible. 
Muy abundante en el mediterráneo, ya, pocas veces asilvestrada, pariente cercano del cardo.
Se cultiva intensivamente desde del siglo xv. En papiros egipcios aparecen personas comiendo
alcachofas o cardos. En tiempos de los romanos  se consideraba el líquido resultante de hervir
hojas de alcachofa como una bebida afrodisíaca, y hasta el XVIII, como el elixir de la juventud.
No se han podido demostrar estas virtudes.

Componentes Cinarina, taninos, enzimas, azúcares Ácidos: cafeoilquínico y dicafeoilquínico,
cafeico, linoleico, oleico, pantoténico ferúlico Vitaminas:  A, B y C, Niacina, Ribofamina,
Thiamina, B6, Flavonoide, Mucílago, Inulina,  hierro, magnesio, fósforo, potasio...
Es una planta profiláctica, sus compuestos actuan, casi, en todas las partes del metabolismo,
su consumo habitual rebaja los porcentajes de muchas enfemedades. Conviene comerlas
crudas por ejemplo añadida a la ensalada, o asadas, o añadidas a cualquier guisado cociendo.
Si se hierven solas, tomar el caldo.
Favorece la secreción de bilis, y ayuda a recuperse
en enfermedades hepáticas:  hepatitis, vesícula biliar perezosa, regenera las células
hepáticas, hígado graso, ictericia, colelitiasis e insuficiencias hepáticas.
Reduce el nivel de colesterol en la sangre, disminuir la presión arterial, y previene la
arteriosclerosis, en general previene el riesgo de enfermedad vascular y ayuda a la
recuperación, en  infarto, angina de pecho.
Diabetes,  disminuye la cantidad de azúcar en orina, rebaja el nivel de azucar en la sangre
y previene y ayuda a combatir la diabetes por lo que se la puede considerar una planta
Hipoglucemica
Por su alto contenido de hierro es un anti-anémico muy efectivo, así como un revitalizador
en los estados de convalecencia, debilidad y raquitismo.
En enfermedades circulatorias hepáticas, gota, artritis, obesidad favorece la eliminación
de líquidos y toxinas,  especialmente el ácido úrico.
Anticancerígeno: prevención tumoral, y como refuerzo para la mejoría de los procesos
cancerosos
Toda la planta presenta los principios activos en mayor o menor medida, y casi no 
pierden actividad si seca la planta. Por lo que podemos tomar el jugo de las hojas, el líquido
de las hojas habiendo cocido durante un par de horas. Las raices secas cocidas durante un
par de horas  a razon de unos 50 gramos por litro,... en general se pretende ganar potencia
concentrando el jugo de la planta como va a amargar un poco mezclandola con
vino entra mejor.
Toxicidad: Aunque en ningún caso es tóxica, se desaconseja su utilización en los
periodos de  lactancia, porque su uso conlleva la disminución de la producción
de la leche, y el cuajo.
 
La alcachofa crece espontáneamente en el sur de Europa (área mediterránea) y se cultiva
en este continente y en Estados Unidos, sobre todo en California. Parece ser que la alcachofa
actual procede de la denominada Kinara, una especie de cardo muy estimado sobre todo
por el pueblo griego, aunque también por los romanos. Por tanto, se piensa que la alcachofa
surgió del cardo, y que puede ser nativa de la zona del Mediterráneo. Su fama como alimento
afrodisíaco favoreció e incrementó su empleo culinario. Hoy en día, es un alimento habitual en
todos los hogares.
Clasificación científica

La alcachofa pertenece a la familia de las Compuestas (Compositae), especie Cynara scolymus.

Diversidad y tipos


Las variedades de alcachofas se diferencian en función del país del que proceden: alcachofas

de Gran Bretaña, de color verde o violeta; de Francia, que se diferencian en grandes, medianas
y pequeñas según el tamaño de la cabeza; de Italia, de color verde más o menos intenso, con
matices rojo violetas y tamaño variable; y de España, entre las que destaca la alcachofa
de Tudela (Navarra), variedad alargada de color verde y pequeño tamaño.

Valor nutritivo


Tras el agua, el componente mayoritario de las alcachofas son los hidratos de carbono,

entre los que destaca la inulina y la fibra. Los minerales mayoritarios son el sodio, el potasio,
el fósforo y el calcio; y entre las vitaminas destaca la presencia de B1, B3 y pequeñas
cantidades de vitamina C. Sin embargo, lo más destacable de su composición son una serie
de sustancias que se encuentran en pequeña cantidad, pero dotadas de notables efectos
fisiológicos positivos:
- La cinarina: sustancia ácida con efecto colerético, es decir, con capacidad para aumentar

la secreción biliar, y diurético, provoca mayor expulsión de orina.
- Esteroles: con capacidad para limitar la absorción del colesterol en el intestino.

Tabla de composición (100 gramos de porción comestible)
Energía (Kcal)
Proteínas (g)
Hidratos de carbono (g)
Fibra (g)
Potasio (mg)
Sodio (mg)
Calcio (mg)
Fósforo (mg)
Vitamina C
(mg)
Vitamina B3 (mg)
21,56
2,4
2,90
10,79
353,0
47,0
53,0
130,0
7,60
0,90

Ventajas e inconvenientes de su consumo

La alcachofa presenta un efecto reductor del colesterol y de los triglicéridos, debido a la presencia

de cinarina, una sustancia que actúa evitando la síntesis endógena de colesterol y otros
lípidos, al tiempo que aumenta la excreción biliar de colesterol y la transformación de
éste en ácidos biliares. Por ello, está indicada para todas las enfermedades funcionales y
orgánicas del hígado, vesícula biliar y vías biliares, así como para los trastornos digestivos
que de ellas deriven.

La inulina es el hidrato de carbono mayoritario. Esta sustancia se metaboliza en el

organismo dando lugar a unidades de fructosa, un azúcar asimilable sin la necesidad de insulina.
Por este motivo, las alcachofas están indicadas en la dieta de las personas diabéticas.

Además, por su riqueza en fibra proporcionan sensación de saciedad y favorecen el

tránsito intestinal, contribuyendo a aliviar o prevenir el estreñimiento. No obstante, como
consecuencia de este alto contenido en fibra, pueden resultar flatulentas para personas con
tendencia a este tipo de problemas digestivos.

Su uso en la cocina


La preparación de las alcachofas es laboriosa, ya que exige el lavado y la eliminación de

las hojas para llegar al corazón. Únicamente se aprovecha el 20 por ciento de cada flor.

Se pueden consumir cocidas, salvo los ejemplares de menor tamaño que se pueden

tomar crudas con un aliño de ajo y aceite, por ejemplo. Desde el punto de vista nutricional,
lo ideal es cocinarlas al vapor. Para ello, se colocan enteras, dentro de la olla. De esta
manera conservan la mayor parte de sus sales minerales y oligoelementos. En caso de
hervirlas, se recomienda utilizar la mínima cantidad de agua, y aprovechar el agua de
cocción para la elaboración de caldos o sopas.

Si se asan, tanto a la plancha como al horno, no deben cortarse las puntas de las hojas,

ya que así se mantiene la humedad interna durante el proceso de asado. También se
pueden preparar fritas, rebozadas, guisadas, salteadas con guisantes y jamón…
Las más pequeñas suelen destinarse a la elaboración de conservas, al natural, en aceite o
en vinagre.

El truco: para evitar que las alcachofas se ennegrezcan por contacto con el aire, se las

rocía con jugo de limón, se frotan con medio limón o se añade el jugo de limón al agua de
cocción.

Conservación y criterios de calidad en la compra


Una vez en casa, las alcachofas frescas se mantienen en buenas condiciones durante una

semana si se envuelven en una bolsa de plástico bien cerrada en la nevera. Si poseen
tallo, estas verduras se pueden mantener en agua, como una flor cortada, en el frigorífico.
Para que no se sequen, lo mejor es no cortarles el tallo hasta el momento de su consumo.

Una vez cocidas, las alcachofas deben ser consumidas en 24 horas, durante las cuales

se mantendrán en la nevera. Si se han cocido los corazones de alcachofa se pueden
congelar, conservándose así hasta 6-8 meses.