Para el nerviosismo, nada mejor que la tila. Esta es una planta ideal contra el estrés y los ataques de ansiedad. De hecho, puede resultar muy buena en infusión para relajar en los momentos previos a intentar conciliar el sueño, para lo que más suele empleársela.
El té o infusión de manzanilla tiene grandes propiedades ansiolíticas totalmente naturales. De allí que se la emplee a menudo como uno de los remedios caseros contra el nerviosismo más habituales.
Otra de las plantas que tradicionalmente se emplean para calmar los nervios es la valeriana. Esta posee interesantes propiedades ansiolítica, resultando su infusión una buena alternativa para aquellos a los cuales les cuesta descansar bien o simplemente relajarse.